Alá, máxima deidad musulmana, es el único venerable; es decir no hay nada igual a Él, es creador de todo lo que existe y además no existe nada fuera de Él.
La profesión de fe (Saháda). Es el acto con el que el nuevo miembro se incorpora al Islam. Basta con ser declarada ante testigos acreditados y pronunciarla con sinceridad. “Confieso que no hay más Dios que Alá y que Mahoma es el enviado de Dios” es la máxima y única premisa de la profesión de fe, pronunciada por los niños musulmanes para integrarse en la fe musulmana. Este acto se acompaña de un gesto simbólico, que consiste en alzar el dedo índice de la mano derecha. La citada fórmula se repite en la oración diaria, y también se pronuncia al acompañar a un difunto a la tumba.
La oración ritual (Salát). Es obligatorio para todo musulmán rezar cinco veces al día: al amanecer, a mediodía, a media tarde, al anochecer y tras caer la noche. Esta oración se puede llevar a cabo en cualquier lugar y supone un acto de adoración. Generalmente se realiza con la frente tocando el suelo, que es para los musulmanes, la postura por excelencia de adoración y sumisión, reservada para Alá. La oración del viernes debe realizarse en una mezquita, y es más solemne.
Limosna legal (Zakát). La obligatoriedad de la limosna se basa en la solidaridad social de los creyentes, además de servir para purificar los bienes mediante la ofrenda.
El ayuno del Ramadán (sawn). El Ramadán es el nombre del noveno mes lunar del año islámico. Este mes se consagra al ayuno diario, esto es, desde el amanecer hasta el ocaso no se puede fumar, beber, mantener relaciones sexuales o ingerir alimento alguno. Al anochecer, se rompe dicho ayuno y es motivo de celebración con la familia y amigos.
La peregrinación a la Meca (háyy). Todo musulmán que tenga medios, debe viajar a la Meca al menos una vez en la vida. La peregrinación consiste en la reunión de los creyentes, llegados de todas partes del mundo, en el centro sagrado para vivir la experiencia de la comunidad.
Es característica de la religión islámica la figura de la mezquita. Esta no se utiliza como lugar de culto a dios, como sucede con los templos occidentales, sino que es el lugar de reunión de la comunidad. También son característicos el Corán y la Sunna.
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