La economía islámica se refiere a la aplicación de la ley islámica en las actividades económicas de los países musulmanes. Uno de los principales objetivos que tienen los profetas del islam es la equidad. Este objetivo es muy grande e importante, y no se consolida excepto eliminando dos cuestiones que podríamos definir como los dos mayores males que padecen las sociedades: la jactancia y la ostentación de las clases más ricas y poderosas y la humillación económica y miseria que padecen las clases más pobres. De esta manera, se tiende a crear un sistema económico moderado y equilibrado, eliminando las clases muy ricas y las muy pobres. Para esto se necesita una buena distribución de las riquezas que lleve a un estado financiero moderado entre la gente, la economía, la moral, la cultura, la política y la seguridad. El Islam le brinda una gran importancia a los asuntos financieros, considera que realizar una distribución de la riqueza equilibrada entre la gente es una herramienta fundamental para hacer cumplir el principio de equidad dentro de la sociedad. Muchos dicen que el Islam dignifica la economía pues trae abundantes enseñanzas sobre asuntos financieros, como garantizar la subsistencia de la gente, la defensa de los derechos de los más necesitados, la eliminación de toda miseria y pobreza del ámbito de las sociedades y la tendencia hacia un nivel de vida equilibrado entre las masas.
El musulmán aplica sus valores como persona y como región a los negocios, (como no robar, no cometer actos de usura) no importa a que tipo de actividad económica se dedique, siempre buscando desempeñar su profesión de la mano a su religión
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